«Lo contrario del éxito no es el fracaso»
La primera vez que leí esta frase me trastocó. Me quedé pensando un rato qué podría ser lo contrario de éxito, y siempre terminaba concluyendo que era un sinónimo de fracaso (fallo, error, etc).
Sin embargo, hoy entiendo el significado de esta frase, ya que yo era una persona muy perfeccionista y no podía ver más allá de los polos «bueno» – «malo», «positivo» – «negativo», «éxito» – «fracaso».
Hoy quiero compartirte una nueva manera de entender lo que llamamos fracaso, y que te puede ser de gran ayuda a la hora de gestionar tu perfeccionismo.
El miedo al fallo
Todos hemos sentido alguna vez que cuando vamos a iniciar un proyecto, una tarea concreta o llevar a cabo cualquier idea que nos saca de la zona de confort nos surge de dentro un terrible miedo. Miedo a que no salga como queremos, a que fallemos, a que el resultado no sea el deseado.
Un poderoso miedo al fallo, al fracaso.
Sin embargo, la solución a este miedo no está tan lejos como crees y se trata más bien de un cambio del modo de entender el fracaso.
Lo contrario del éxito no es el fracaso
Debido a nuestro condicionamiento social, cultural y educacional, vivimos con la idea de que si intentamos algo y fallamos, nos alejamos del éxito. ¿Y qué pasa entonces?
Probablemente ya lo sabes: te quedas quieto. No comienzas. Permaneces inmóvil.
Empiezas a pensar de forma mental cuál podría ser la mejor forma de realizar esa acción para que no te dé tanto miedo, y planificas, ves pros y contras, analizas y vuelves a analizar, para eventualmente sentirte frustrad@ por no conseguir ver una solución.
Cuando tenemos miedo de que algo no vaya a salir como queremos desde el principio surge la procrastinación y, al cabo de varios días, finalmente decides no pasar a la acción, o lo que se suele llamar «parálisis por análisis».
Por ello, te quiero compartir hoy que lo contrario del éxito no es el fracaso, sino el no moverte, el no hacer nada… por miedo a fallar.
Ése es el verdadero problema.
El fracaso está de camino al éxito
Quiero ahora que visualices lo siguiente, que es el esquema mental que se suele tener sobre éxito y fracaso como extremos opuestos de cualquier situación.
En esta situación tú estás en el punto B, el cual se encuentro entre medias de los puntos A y C. El punto A representa al «fracaso» (lo que cada uno entienda por fracaso) y el punto C representa al «éxito» (lo que cada uno entienda por éxito).
La concepción habitual de una persona es que «si intento algo y fallo (que es sólo una posibilidad) me estoy alejando del éxito»:
Lo que sucede realmente es que cuando uno intenta algo y fracasa, SIEMPRE APRENDE ALGO, ya sea de manera consciente o inconsciente.
Y ese aprendizaje (algunas veces doloroso) hace que la próxima vez que lo intentes, estés más cerca del éxito:
Y si fallas de nuevo, la siguiente vez está aún más cerca:
Como ves, el fracaso está de camino al éxito. Si fallas estás cada vez más cerca, porque el mero hecho de haberte movido hace que adquieras algo que es extraordinariamente valioso: información. Así, la próxima vez, ya no partes de la casilla central, sino que estás más cerca de conseguir lo que te propones.
«Inténtalo. Fracasa más. Fracasa mejor» – Tim Ferris
Ahí queda eso.
Fuera perfeccionismo: la historia de las vasijas
La siguiente genial historia la aprendí de Ángel Alegre, autor de Vivir al Máximo.
Conocí a Ángel hace más de 5 años y compré su curso Idea2blog, el que está considerado por muchos mejor producto en habla hispana para crear un blog desde cero.
Y en uno de los videos del curso conocí la historia de las vasijas, la cual comparte Ángel en este artículo y que me permito el lujo de presentarte a continuación:
En un estudio, dividieron a los alumnos de una clase de alfarería en dos grupos. El primer grupo fue evaluado en función de la cantidad de vasijas que hicieron durante el curso; a más peso, más nota. Por el contrario, los alumnos del segundo grupo sólo tuvieron que hacer una vasija durante todo el curso y fueron evaluados en función de la calidad de esa vasija. Al acabar el curso, ¿qué grupo hizo las mejores vasijas?
Párate a pensarlo por un minuto. ¿Ya lo sabes?
Esto, llevado a nuestro caso, significa que intentarlo mucho (y fracasar mucho si así ocurre) es una de las mejores maneras de alcanzar el éxito. Y además pronto.
O aciertas o aprendes
El cultivar poco a poco esa capacidad de vencer ese miedo al fallo, no darte por vencid@ si finalmente sucede que fallas y tener la humildad de aprender de ese error para intentarlo la próxima vez es la receta perfecta para dejar de obsesionarte con la perfección y dejar de paralizarte por el posible fracaso.
Un simple pero necesario cambio de visión es lo que he tratado de compartirte en este post y ojalá sea tu inicio de un cambio en la forma práctica de abordar tus tareas o ideas.
Porque, no lo olvides, lo contrario del éxito no es el fracaso, sino el no hacer nada. Y leyendo y comprendiendo estas líneas ya has dado el primer paso para ponerte en acción, así que ya vas en camino.
Llámalo oportunidad, llámalo aprendizaje, pero no lo vuelvas a llamar fracaso, porque, en realidad y aunque suene contraintuitivo, es un regalo que te acerca más a lo que quieres (o a lo que necesitas, que muchas veces no es lo que quieres).
Espero que este imperfecto artículo te haya hecho vibrar, cuestionar tus ideas y motivarte. Puede que tenga errores gramaticales, maneras mejores de decirlo, fallos de edición pero aquí está…
Y para mí simboliza el éxito en el día de hoy.
Un placer escribir para ti,
Con cariño ❤️
Miguel Ángel
Wow Miguel Ángel, totalmente de acuerdo contigo. Acabo de empezar mi propio blog hace relativamente poco y las dudas acerca de si lo que hago será suficiente o estará bien me acechan de cuando en cuando.
Es increíble cómo en una sociedad donde existe tanto acceso a la información esto juega en nuestra contra y nos lleva a esa famosa «parálisis por análisis». A veces creo que necesitamos despojarnos de toda influencia externa y simplemente creer en nosotros mismos.
Así que, siguiendo tu ejemplo, practicaré, practicaré y practicaré. Abrazando el «fracaso» y comprendiéndolo como un potente aliado hacia ese éxito.
Muchas gracias y un saludo.
Gracias Dante Alego por pasarte por aquí y dejar tu bonita percepción. Siento que lo que compartes es así, tal cual.
Te deseo muchos éxitos en tu nuevo blog compañero 🙂
Un abrazo!
Como todo lo que mandas, excelente! De aplicación en cualquier acción de la vida, y en camino a mejorar. Gracias, Miguel Angel!!
María Antonia muchas gracias por tus palabras!!!
Ahí estamos todos, en camino a mejorar, ¿verdad? Sigamos pues en busca de nuestra mejor versión.
Un fuerte abrazo!!
Este ha sido un artículo de los que más me ha movido mis fibras, muchas gracias
Hola Fabián! Amigo, ¿cómo estás?
Por experiencia personal te puedo asegurar que cuando algo o alguien nos saca de nuestra comodidad o nos «mueve nuestras fibras» es que hay una mina de oro detrás.
Y sé que tú tienes la capacidad de aprender de ello y de integrarlo paso a paso en tu vida Fabián.
Un gran abrazo rumbo a Colombia!!
Gracias, igual un abrazo enorme
Es muy cierto Miguel Ángel que a l@s perfeccionistas nos paraliza el temor de que lo que hacemos no nos quede perfecto y procrastinamos
Y como dices en este post, el hacer las cosas nos lleva a hacerlas cada vez mejor. Gracias por recordárnoslo!!
Hola Silvia!!
Me alegra en el alma que este recordatorio te haya servido y puedas desde hoy integrarlo en tu vida de perfeccionista 😉 Me quedo con esas palabras que dices: «el hacer las cosas nos lleva a hacerlas cada vez mejor». Acuérdate de la historia de las vasijas!!
Un fuerte abrazo y muchas gracias por pasarte por aquí!