Corría el año 2018. Por aquella época vivía en Dublín, pero un buen fin de semana de julio aterricé en Madrid para, no sin bastante calor, llegar al Hotel Príncipe de Vergara, donde iba a comenzar el Seminario Vivir sin Jefe, de Sergio Fernández.
Me hacía mucha ilusión asistir presencialmente porque quería conocer a Sergio en persona. Más de 400 personas nos reunimos allí, y entre aprendizaje y aprendizaje, escuche esto:
Claro, porque “como uno hace una cosa, así lo hace todo”.
¿¿¿Como uno hace una cosa, así lo hace todo???
¿En serio? Iba bien el chaval, pero aquí no me pareció sensato. ¿Cómo no voy yo a poder trabajar de un modo y ponerme por las tardes con mi proyecto trabajando de otro modo?
Y ahí me quedé en bucle. Aprendí muchas cosas de venta, de sistemas, de marketing… pero lo que me dejó en vilo fue esa pregunta, que no se me quitaba de la cabeza.
Tengo que confesarte que tardé un tiempo en comprender realmente esta frase y sí, después de haberlo vivido en mis carnes, puedo afirmar que es cierta.
Pero vayamos por partes…
En este post vas a comprender 2 cosas:
1) Lo que ni por asomo haría si volviera a compaginar empleo y proyecto después de saber lo que ahora sé y he aplicado
(y que tiene mucho que ver con la forma de trabajar que uno desarrolla)
2) Para qué sirve en tu trabajo tener un proyecto personal en tu vida (sí, no me he vuelto loco 🤪)
¡Sube que despego!
Como uno hace una cosa, así lo hace todo
Como te compartía, ahora sé el poder que tiene esta frase y la veracidad que esconde detrás.
Si tú también eres reticente a ella (como yo lo era) o te genera cierto rechazo, no pasa nada. Yo te voy a transmitir qué es lo que para mí ha significado (y significa) y después te invito a sacar tus propias conclusiones.
Básicamente, lo que esconde esta frase es que si eres un chapucero en tu trabajo, muy probablemente lo serás en tu proyecto.
O dicho de otra forma: si te organizas bien en tu proyecto, muy probablemente te organices bien en tu trabajo (y viceversa).
Uno es lo máximo que es en lo mínimo que hace
Si te acostumbras a lavar los platos más o menos bien (sin esmerarte mucho) o a hacer tu cama más o menos bien (qué mas dá, si total voy a dormir yo dentro), entonces muy probablemente te llevarás esa forma de actuar a otros ámbitos de tu vida.
No lo he leído en ningún libro: lo he experimentado en mi vida, sobretodo en la parte profesional, que es la que te quiero compartir aquí y ahora.
“Yo nunca he” vs “Yo nunca haría”

Estoy seguro de que conoces el juego del “Yo nunca”. Ese en el que se juntan un grupito de personas y por orden comienzan a decir: “yo nunca he… comido carne”, y si los demás sí lo han hecho (en este caso, han comido carne) beben un trago.
Pero claro, la persona que lo dice puede mentir, y entonces también bebe, reconociendo que era mentira. Es un juego de pura honestidad y de conocerse más entre todos.
Pues bien, ahora vamos a cambiar levemente las reglas de este juego y te voy a compartir, de una forma completamente honesta, qué es lo que “yo nunca haría” si volviera a compaginar empleo y proyecto (y que sí hice).
No te preocupes, que si tú has hecho alguna de las siguientes cosas no estás obligad@ a beber un trago 😎
¡Vamos con ello!
3 cosas poco superficiales que nunca haría al volver a compaginar trabajo y proyecto
1) Creer que mi trabajo y mi proyecto no tienen nada en común
Mi trabajo consistía en optimizar anuncios de Google y mi proyecto trataba sobre efectividad personal (Enciendemivida). No tenían en común ni la temática.
Pues bien, de lo que me he dado cuenta es de que uno puede influir en el otro y el otro en el uno.
Conforme fui escribiendo artículos en el blog, aprendiendo y aplicando hábitos saludables en mi vida, me di cuenta de que también podía aplicar varios en mi trabajo.
De esta forma, comencé a hacer ejercicio 5 minutos todas las mañanas a las 12:00 subiendo las escaleras de las 7 plantas de la oficina, mi inicié en el arte de recargar las pilas a mitad de la jornada con una siesta de 20 minutos después de comer y varios hábitos más como estos.
Pero también ocurrió que a medida que iba aprendiendo las habilidades del trabajo de Google Ads comencé a visualizar que yo me podía dedicar a esto por mi cuenta en un futuro y pasar de ayudar a Nike o eBay a ayudar a autónomos o emprendedores a promocionar sus productos y servicios en Internet.
3 años después de esta visualización, a finales del año 2021 creé mi proyecto personal de Google Ads.
Propuesta: piensa qué pueden tener en común tu trabajo y tu proyecto. Si aún no tienes proyecto, piensa cómo podrías convertir tu empleo en tu emprendimiento.
2) Creer que “es lo uno o lo otro”
Sin duda, de lo que más me he dado cuenta (en relación a la clave 1)) es de que tanto trabajo como proyecto tienen algo en común: yo mismo.
Y por ello “no es lo uno o lo otro”: es “lo uno y es lo otro”.
En 2018 pensaba que iba al trabajo con “el sombrero de trabajador” y cuando llegaba a casa ya podía ser yo, y ponerme “el sombrero de emprendedor”.
Como si yo fuera un ser con compartimentos estancos.
Pronto aprendí que no tenía que elegir entre ser yo en el trabajo o en mi casa dedicándome a mi proyecto, sino que podía ser yo en ambos lugares.
Y eso ocasionó que me volviera intraemprendedor. A decir verdad no conocía esta palabra por aquel entonces, pero de una forma intuitiva supe que era algo diferente y original.
¿Y qué es ser un/a intraemprendedor/a? Utilizar tu ser emprendedor dentro de tu empresa. ¡Wow!
Cuando tienes comportamiento de emprendedor, empiezas a hacer cosas diferentes a los demás curritos estándar.
Incluso aunque nunca quieras emprender un proyecto o negocio, aprender sobre emprendimiento y aplicarlo en tu empresa es crucial, porque es una de las maneras más directas de ser valorado y diferenciado en tu trabajo.
Pero recuerda algo importante: no lo haces por el jefe. No lo haces por la empresa. Lo haces por ti. Por entrenarte en aportar más donde quiera que vayas.
Si en A no te reconocen llegará B, donde sí te reconocerán. Eso es lo que me ocurrió a mí. No te preocupes por lo que no está a tu alcance. Ese no es nuestro cometido.
Propuesta: simplemente te invito a desarrollar en tu empresa (o en tu proyecto) esa habilidad de proponer, de pensar “fuera de la caja”, de ser proactivo, de comunicar mejor, de tener relaciones con personas de diferentes puestos y departamentos, de no llevarte mal con nadie… y vivirás lo que ocurre.
3) No creer que como uno hace una cosa, así lo hace todo
-Y vuelve. Y dale. Ya lo he entendido pero, ¿y esto para qué me sirve a mí Miguel Ángel?
Muy simple. Te devuelvo la pregunta. ¿Qué hubiera probablemente ocurrido si yo no me hubiera implicado en el trabajo por tener mi proyecto en marcha?
¿O qué hubiera ocurrido si yo me hubiera dedicado 100% al trabajo y muy de vez en cuando a mi proyecto?
Que hoy no tendría mi propio negocio de Google Ads funcionando (servicio y curso online).
Necesité aprender los entresijos de mi trabajo por cuenta ajena, pero además necesité seguir emprendiendo para mantener esa mentalidad que hizo que se me ocurriera la idea de convertir mi trabajo en otro proyecto.
Propuesta: Uno es lo máximo que es en lo mínimo que hace. Sé tu mejor versión en cada mínima cosa que hagas (da igual si tienes o no proyecto), para así adquirir esa forma de obrar por defecto (espejo de tu forma de ser).
Esto tiene poco que ver con estresarte y mucho que ver con estar presente y organizarte mejor.
Pruébalo a partir de hoy mismo haciendo la mejor cama que hayas hecho en tu vida, lavando el mejor plato o cepillándote los dientes como nunca antes lo hiciste. Practica en lo micro para habituarte en lo macro.
Lo que transforma es el creer, no el saber
Si te fijas, las 3 ideas que te he compartido comienzan por “creer que…”.
El saber algo indudablemente ayuda y aporta, pero el creer es lo que marca la diferencia y transforma vidas.
Ahora que sí creo en lo que antes no creía todo fluye mucho más fácil. Y sí, también a nivel profesional. De hecho, sobretodo a nivel profesional.
Creer que:
✅ tu trabajo y proyecto tienen todo en común
✅ que “es lo uno y lo otro”
✅ y que como haces una cosa, así lo haces todo
son 3 lecciones que he aprendido en la vida y que me han ayudado a ser la persona y profesional que soy a día de hoy.
Pero no me gustaría despedirme sin antes preguntarte algo:
¿Con cuál de estas 3 antiguas creencias que yo tuve te sientes más identificad@?
Me encantará que me la compartas así como cuál ha sido tu mayor aprendizaje de este post.
Y ya sabes, si quieres descubrir más reflexiones inspiradoras como éstas te invito a formar parte de la Tribu de Vidas Encendidas, donde te llevas de regalo esta súper guía para no cometer los 14 errores más comunes al compaginar tu Plan B emprendedor con tu trabajo (y que no te cuentan otros blogs).
Un placer inmenso haber compartido estas líneas contigo y que hayas llegado hasta aquí.
Fin del viaje por hoy, ¡nos vemos en el siguiente post!
Deja una respuesta