Independientemente del viaje que todos realizamos por este regalo llamado vida, hoy quiero compartir contigo otro tipo de viaje. Hoy te propongo un excelente y práctico itinerario de encuentro y conocimiento por una de las más antiguas islas del archipiélago canario, declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993: la sublime y diferente Lanzarote.
En esta saga de artículos (I, II y III) vas a descubrir por qué fue el mejor viaje de mi vida, además de disfrutar de algunas interesantes anécdotas que todo viaje presenta. Por último, estos posts te van a servir de magnífica guía para, si así lo deseas, puedas viajar a Lanzarote con toda la información necesaria y le saques el mayor partido a esos días de retiro. ¡Empezamos!
3 DÍAS INOLVIDABLES EN LANZAROTE
Todo empezó una madrugada de sábado, dispuesto a tomar un vuelo de 4 horas y media hasta la isla canaria de Lanzarote. Lo que no sabía es lo que me iba a ofrecer esta maravillosa isla, a pesar de las condiciones adversas que, como toda aventura, te vas encontrando por el camino.
Íbamos bien hasta llegar a la isla, a la cual no pudimos acceder debido a un fuerte temporal. Después de 30 minutos dando vueltas en el aire, el capitán decide aterrizar en Fuerteventura. No me hubiera importado demasiado en cualquier otro viaje, pero justamente en éste, había reservado un coche a una hora específica, había adelantado el check-in del hotel y, lo peor, me iba a trastocar el itinerario de visitas preestablecido para esa tarde, en el cual ya iba un poco justo de tiempo (incluso sin contratiempos).
Pero al «bad weather, good face», así que en el propio avión (no nos bajaron de él, con la idea de en una hora volver a intentar aterrizar en Lanzarote) llamé al hotel y a la compañía de alquiler del coche. Con una actitud positiva y afrontando los «problemas» como oportunidades se suelen conseguir buenos resultados. En el hotel no me pusieron ningún problema, alargándome incluso el check-in hasta las 12 de la noche, algo que agradecí mucho, ya que con el contratiempo del avión, mi nueva idea era no pasar por el hotel hasta la noche.
Sin embargo, lo que pude indagar antes del viaje acerca de las compañías de alquiler de coches es que básicamente te ofrecen más trabas que soluciones, y una de ellas es la puntualidad al recoger tu coche. Gracias a un genial post que encontré, fijé la hora de entrega del vehículo en 2 horas después de la supuesta llegada de mi avión. Si no sufres retrasos, y llegas antes, te dan el coche igualmente.
La historia es que si llegas después de la hora en que fijaste recoger el coche, te pueden penalizar económicamente. Pues bien, la compañía que elegí, aun no reflejándolo en la letra pequeña del contrato de alquiler, me contestó a mi llamada asegurando que, como finalmente ocurrió, no me cargarían ningún extra por recogerlo 1 hora después.
Me parece inevitable nombrar esta compañía, ya que en las Islas Canarias, según previamente me informé, es una de las mejores (si no la mejor) empresa de alquiler de automóviles. Se trata de Autos Cabrera Medina. Auto-regalaros un viaje por Lanzarote con ellos, ya veréis qué trato y qué soluciones tan personales os ofrecen.
El coche alquilado a Cabrera Medina
Una vez en el aire de nuevo, con objetivo de tomar tierra en Lanzarote, me dispuse a rehacer mi itinerario de viaje e, inconscientemente, me vino a la cabeza esa pregunta de entrevista que reza: ¿cómo de bueno eres ante cambios o situaciones inesperadas en tu trabajo?
Quizás, en un terreno personal, éste es un ejemplo perfecto de cómo abrazar el cambio y los imprevistos, sin perder tiempo en lamentos o pensamientos negativos. Simplemente estableciendo prioridades uno es capaz de conseguir mejores resultados, incluso con los inevitables escollos del camino.
Añadir a esto que cuando aterrizamos en Lanzarote el tiempo daba bastante asco, lloviendo y con aire, algo que puede pasar a lo largo del año en días contados con los dedos de las manos. Finalmente me las arreglé para pasar un día magnífico, con mi estado de ánimo intacto y con la visita a Los Jameos del Agua.
¡Y es aquí donde empieza realmente lo bueno!
DÍA 1: LOS JAMEOS DEL AGUA
Y ya!!!! No hubo tiempo para más, pero… ¿para qué quiero más? Este increíble paraje es suficiente para llenarte un día entero sin Sol. Decir que quería visitar esta joya de la Naturaleza el sábado, ya que a partir de las 7 de la tarde, el visitante tiene la posibilidad de cenar en el restaurante del lugar, tomar un cóctel mientras aún contempla con incredulidad el enclave o estremecerse con la música en vivo. Esto sólo ocurre los sábados y los martes.
En cuanto a esta escultura de la Naturaleza, cabe definir qué entendemos por jameo. Es el desprendimiento parcial del techo de una sección de un túnel volcánico. ¿Suena molón verdad? Para comprenderlo, tenemos que volver la vista al pasado, concretamente hasta hace unos 3000 – 5000 años, cuando entró en erupción el Volcán de la Corona.
Quédate con este nombre, porque es muy importante en la creación de otra de las grandes atracciones de la isla: La Cueva de Los Verdes. Pues bien, la lava de este volcán creó un túnel volcánico de más de 6 km de longitud, incluso introduciéndose en el subsuelo del océano Atlántico unos 1600 m. Esto último se conoce como el Túnel de la Atlántida. De esta forma, es en el interior de este túnel volcánico (la parte que no se introduce en el océano), donde a un artista de los que marcan época se le ocurrió aclimatar la zona para el disfrute de los seres humanos. Su nombre: César Manrique. Ahora hablaremos de este hombre, pero ya anticipo que la isla entera no sería como la concebimos ahora mismo si no fuera por él.
Ahora que ya sabes qué es un jameo, ¿por qué se les llama «del Agua»? La respuesta la da la existencia de un pequeño lago interior que se origina por filtración del agua del mar, al estar por debajo del nivel del océano.
Nota: No confundir la Cueva de los Lagos que aparece en la imagen con La Cueva de Los Verdes, que estaría más a su izquierda en la imagen (por encima del nivel del mar).
Antes de entrar al jameo, puedes apreciar una escultura en forma de Cangrejo de bastante interés. En la visita, lo primero que percibes es el Jameo Chico, donde hay un restaurante-bar-cafetería, desde donde ya se puede observar a lo lejos el lago mencionado anteriormente. Después de 5 minutos allí quieto, sólo se siente el canto de los pájaros de la zona, la genial melodía de fondo y las puntuales conversaciones de los camareros, preparando la organización de las mesas para la cena. Por eso es altamente recomendable ir en un momento del año de poco turismo, y a una hora tardía (en mi caso, a las 4:30 de la tarde).
Es una sensación de calma pura, como si estuvieras en medio del bosque, pero en un lugar muy muy peculiar. Desde El Jameo Chico se puede atisbar el inicio del Túnel de la Atlántida, inaccesible para los visitantes. Fue interesante la sensación de «calor» que muestra dicho túnel, típica que se observa en una carretera cuando hace 40 grados en verano. Pues bien, fue un efecto visual, ya que realmente era el agua del océano Atlántico reflejando las paredes de la cavidad. De esas cosas que te quedas mirando 2 minutos sin saber qué estás viendo realmente. Mágico.
Bajando desde El Jameo Chico por unas escaleras de piedra se llega al lago, donde habitan más de una decena de especies endémicas de gran interés científico, entre las que destacan los cangrejos ciegos, únicos en el mundo, de apenas un centímetro de longitud y de color blanquecino debido a la casi total ausencia de luz dentro de la gruta, provocando su carencia de pigmentación.
Caminando por los laterales del lago y subiendo posteriormente unas bonitas escaleras de piedra, se llega al Jameo Grande, una colosal obra de la Naturaleza, excelentemente acondicionada al público por César Manrique. En él se pueden apreciar múltiples palmeras, una piscina, varias especies vegetales y el gran auditorio subterráneo, con capacidad para 550 personas. Subiendo por unas preciosas escaleras de caracol se llega a una gran tienda, donde se pueden adquirir múltiples souvenirs a un precio razonable.
Si todavía no te has impresionado bastante, aún queda divisar el Jameo Grande desde arriba, una experiencia excelente para los 5 sentidos.
Lo realmente fascinante es la mimetización de algunos elementos necesarios para la adecuación de la zona al visitante, tales como arenas y rocas negras de los senderos, paredes blanco puro,… que crean un encaje perfecto con la Naturaleza allí presente por tantos años. Añaden valor al entorno, algo no sencillo de lograr. Como el propio Manrique expresa: «Yo, como artista, tengo la obligación moral de profesar un gran respeto a la Naturaleza y de transmitir ese respeto por medio de mis obras al espíritu de los hombres.«
A continuación, y por último, se llega a la Casa de los Volcanes, un pequeño museo científico que proporciona labor didáctica sobre la vulcanología.
Si tienes más tiempo, es recomendable ver conjuntamente Los Jameos del Agua y la Cueva de los Verdes, ya que están a escasos metros de distancia. En mi caso, en vez de ver ambas rápidamente, preferí centrarme en Los Jameos, por el hecho de ser sábado, como ya expliqué anteriormente.
Para la visita a Lanzarote, recomiendo encarecidamente que te hagas con uno de estos bonos, tremendamente baratos para lo que te ofrecen las visitas:
En mi caso escogí el de 6 centros, aunque sólo vi 5, pero aún así salió rentable.
Horario: 10-18:30. Sábados y martes 10-00:30 (en verano, también los miércoles).
Horario recomendado: 10-11 y 15-17.
Restaurante: 12-16 (todos los días) y 19-23 (sólo martes y sábados, y en verano miércoles).
Cóctel bar: 19-00:30 (sólo martes y sábados, y en verano miércoles).
Algo a tener muy en cuenta y que no se especifica en ningún folleto de información, es que los sábados y martes la ruta del turista por los jameos no cierra a las 18:30 (como en los demás días), sino que puedes visitar cualquier zona hasta las 00:30.
Precio: 9 € sin bono.
Cuenta con aseos y aparcamiento.
Después de la visita y de disfrutar de la buena cena en el restaurante de la entrada (consulta su menú de los martes aquí), fue momento para hacer check-in en el hotel y descansar unas horas, no sin antes dar un último adiós a ese genial y singular paraje natural muy difícil de igualar en el resto del globo terráqueo.
Y aquí termina la aventura por hoy, en próximos días compartiré contigo el desenlace, que todavía quedan varios sitios por descubrir (¡¡¡y anécdotas!!!).
Un placer escribir para ti, amig@.
Miguel Ángel
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(La foto de portada es en la Playa del Papagayo, una de las más bonitas de Lanzarote. Estoy tumbado y sólo se me ven los pies).
Excelente articulo sobre Lanzarote Miguel Ángel!!!He tenido también la oportunidad de visitar la isla y me quedé totalmente enamorada!!Qué relax!qué paisajes y qué buena gente la de alli!!Los Jameos del agua,la cueva de los verdes,los hervideros,el mirador del rio..todo realmente fascinante!Sin olvidar el Timanfaya!!Solamente por falta de tiempo y no de ganas me quedé sin visitar la isla de la Graciosa..bueno,algo pendiente que quedará para mi próxima visita a Lanzarote 🙂
Hola Soraya,
qué bien que ya hayas visitado Lanzarote. A tenor de tus palabras, parece que te gustó mucho. Esos lugare que mencionas los tengo recopilados para los dos siguientes posts de este viaje.
Gracias por tu comentario!!!
Miguel
Como todo lo que explicas y dices, muy interesante.
¡Muchas gracias Conchita!