¡Compartir es mejorarnos!
En el fascinante mundo de los hábitos se habla siempre de los buenos hábitos, de los hábitos positivos, de los que se recomienda poner en práctica cuanto antes.
Pero muchas veces no sabemos si nuestros hábitos son positivos o negativos, por lo que no sabemos si deberíamos cambiarlos o no.
He recopilado una lista de los 10 malos hábitos diarios más comunes (e importantes bajo mi punto de vista) en un día cualquiera de trabajo en una empresa.
No he añadido los obvios (no hacer ejercicio diario, no comer saludablemente…)
Estos son los 10 hábitos que te hacen pobre. Pero no económicamente, sino (y más importante) vitalmente.
1) Insuficiente tiempo y calidad de sueño
Hay personas (como Robin Sharma) que recomiendan no dormir mucho. Según ellas, no se necesitan 7 u 8 horas de sueño para descansar.
Bien es verdad que otros estudios indican lo contrario.
Personalmente, pienso que depende de cada persona.
Pero donde hay unanimidad es en la calidad del sueño. Y este es el factor clave que deberías trabajar para mejorar.
Despertarte varias veces por la noche, levantarte con dolores de cabeza, de espalda, de cuello… es algo que influye profundamente en la calidad de tu día y lleva a derrocharlo.
Te propongo enérgicamente cuidar y controlar los 10 minutos antes de irte a dormir.
Cambia tus hábitos en ese momento TAN IMPORTANTE del día. Date cuenta de que cómo termines tu día influye profundamente en tu calidad de sueño, y por tanto, en cómo empiezas el siguiente día.
Relájate, olvídate de lo que tienes que hacer mañana, “desenchúfate” de todo lo “desenchufable” (televisión, radio, ordenador, tablet, teléfono móvil) y quédate libre de ruidos (salvo una música suave, que ayuda mucho a relajarse).
Mantén tu mente tranquila. Deja de meter información en tu mente que no sirve para nada a esas horas y deja de chequear cosas.
Notarás una enorme mejoría en tus inicios de día, porque habrás descansado mejor.
Como idea general, no es tan importante “cuánto duermes” como “cómo duermes”. La calidad, nuevamente, supera a la cantidad.
Y evidentemente, utiliza un buen colchón y una buena almohada, para evitar problemas de espalda y de cuello.
2) Chequear el teléfono móvil al comienzo del día
¿Qué es lo primero que haces por las mañanas?
Muchas personas es lo primero que hacen. Ya no al principio del día, sino inmediatamente después de despertarse (antes de levantarse de la cama).
Esto muchas veces surge porque usamos la alarma-despertador de nuestro teléfono móvil.
Te recomiendo comprarte un despertador (cuestan muy poco dinero) y así te libras de la tentación de ver:
- Si algo ha cambiado en el mundo mientras dormías.
- Si alguien te ha mandado algún mensaje por la mañana temprano.
- Si alguien te ha dado alguna orden en forma de correo mañanero o, simplemente, para entretenerte ya desde por la mañana.
Chequear tu correo, tu Whatsapp o tu FB antes incluso de levantarte de la cama es un serio problema.
Te puedo asegurar que empiezas el día con estrés, asqueado de la gente y de la vida, dándole vueltas a ese mensaje/correo horrible que ya has visto y con la sensación de que el día te controla a ti, y no al revés (como debe ser).
Y todo esto sin ni siquiera salir de la cama.
Tú debes tener el control de tu día (al menos hasta antes de empezar tu jornada laboral) y no permitir desde por la mañana temprano que otro te organice tus mañanas.
Así como en el punto anterior te recomendé cuidar tus 10 minutos antes de irte a dormir, te recomiendo también cuidar seriamente los 10 minutos después de despertarte.
Que sean libres de ruidos, de aparatos electrónicos y de información.
Deja tu mente tranquila un rato antes de empezar el día. No la sobrecargues desde el minuto 0.
Yo he notado la diferencia. Tú también la notarás.
3) Posponer la alarma un número indefinido de veces
Esto es algo tan común que no parece un hábito negativo. Pero realmente es un engaño a nosotros mismos.
Si programas una alarma y cada 5 minutos (por ejemplo) sabes que va a sonar de nuevo: ¿crees que habrá algún día del año en que te levantarás al sonar la primera alarma?
En la vida lo harás, porque la alarma la programaste tú, y sabes que suena más veces. Todas las que quieras.
Esto lo único que hace es que unos días te levantes tarde, otros muy tarde y otros más tarde aún.
Te invito a que programes una única alarma y cuando suene tienes dos opciones:
◊ o te levantas de inmediato.
◊ o te despiertas, te quedas en la cama un rato (sin teléfono móvil ni demás aparatos!!!!!!!) y luego te levantas (lo que yo hago).
Pero sabes que la alarma no sonará de nuevo. Así, la pelota está en tu tejado. Tú decides lo que haces. Y si te duermes, el siguiente día procurarás no hacerlo de nuevo.
La idea es simplemente crear el hábito y no posponer en el tiempo.
4) Levantarte a la hora justa (ir corriendo para no llegar tarde)
Esto tiene mucho que ver con el punto 3. Si pospones la alarma varias veces, es más posible que acabes levantándote a la hora justa o incluso tarde.
Esto hace que tu mañana sea caótica (de los 10 minutos de tranquilidad inicial ni hablamos).
Ir con prisas (yo lo he hecho casi toda mi vida) sólo te lleva a agotarte sin haber empezado propiamente a trabajar. Disminuye tu fuerza de voluntad e influye en tu rendimiento posterior.
Desde hace 1 año intento ir con tiempo a los sitios, levantarme bastante antes de lo que me levantaba anteriormente (para practicar mi rutina matinal de hábitos y para ir sin prisa) y no llegar tarde a las citas (respeto el tiempo de los demás tanto como quiero que respeten el mío, que es mucho).
5) No planificar tu día
Otro de los malos hábitos diarios es no planificarte el día. Como ya te recomendé, planificar tu día es vital si quieres vivir en el orden y no en el caos.
En algunos puestos de trabajo quizás no puedas planificar tu día tanto como quisieras, pero desde luego que puedes y debes planificar tu vida personal diaria y aquellas tareas profesionales que ofrezcan más independencia.
Lo mejor: usar tu agenda la noche anterior o la misma mañana (como yo hago) y planificar objetivos en el ámbito social, personal y profesional.
De ellos, uno o dos deben ser los principales, las tareas roca (esas que cuando termina el día has hecho sí o sí).
Como siempre te recomiendo, haz esas tareas importantes las primeras, ya que al inicio del día tienes la fuerza de voluntad al máximo y estás más descansado.
La clave de tu planificación diaria: intenta que algunas (sino varias) de tus tareas diarias sean importantes no urgentes (cuadrante II de la Matriz de Eisenhower)
y si alguna de ellas es tarea roca, mucho mejor.
6) No hacer descansos cortos
Ya traté la importancia del corto descanso, pero quiero enfatizar de nuevo en la importancia de la calidad de éstos.
No va tanto de descansar muchas veces, sino de descansar correctamente.
Si en tus descansos cortos estás revisando información, chequeando tus Whatsapps o pensando en qué vas a hacer de cenar, mal vamos.
El descanso sirve para descansar tu cuerpo y mente.
Las anteriores tareas las puedes hacer, pero no las cuentes como descanso real (te recomiendo que lo hagas en el descanso de la comida, después de comer).
Mi descanso corto más efectivo: salir a la calle y dar una vuelta de 5 minutos simplemente observando el paisaje (sin pensar en mis cosas).
Otra opción es ir al servicio, o comer alguna fruta en un sitio que no sea tu escritorio o despacho, pero descansa siempre fuera de tu puesto de trabajo. Desconecta.
7) No parar para comer correctamente
Muchas de las personas que trabajan en empresas comen con prisa, con la mente en el trabajo (en lo que queda por hacer), sin desconectar.
Si lo necesitas, come solo, no pasa nada. Únete a personas que hablen de otras cosas, no de trabajo.
El “break” de la comida es el más importante de la jornada laboral, porque te permite hacer dos cosas:
- Descansar durante un largo tiempo (no un mini break), por lo que puedes (idealmente después de comer) realizar otro tipo de actividades (chequear teléfono móvil, temas personales…)
- Recargar energía, alimentándote correctamente. Esto es, nutriendo tu cuerpo y mente con productos saludables (mayoritariamente verduras, legumbres, cereales y frutas).
Además, no olvides la importancia de comer conscientemente, saboreando los alimentos y no engulléndolos (asimilación no es lo mismo que ingesta).
Si después de comer te sientes cansado es muy probablemente señal de que:
- has comido poco saludable (o mucha cantidad) y tu digestión es pesada.
- o no has descansado correctamente mientras comías
- o no has descansado correctamente mientras dormías la noche anterior
8) Unirte a grupillos para criticar a tu jefe o a un(a) compañero(a)
Una de las peores cosas que uno puede hacer en el trabajo (y añadiría que como ser humano) es criticar sin intención de resolver nada.
Criticar (que es ya una tendencia mundial) a alguien que no está presente para defender su postura, dialogar o tratar de mejorar eso que se le critica es un mal hábito de tu dimensión social.
Criticar consume muchísima energía y tiempo invertido en no hacer otra cosa que criticar.
Evidentemente no siempre estamos de acuerdo con los demás, pero la mejor forma de actuar es afrontar el problema desde la raíz, con esa persona.
Cuántas veces nos tenemos que tragar nuestras críticas cuando conocemos algún dato que antes desconocíamos.
No te juntes con criticones, no sacarás nada bueno de ahí.
Intenta mejorar la situación (ser proactivo) en vez de criticar (ser reactivo).
9) Permitir ser molestado constantemente
Otro de los malos hábitos diarios es permitir a los demás que ocupen tu tiempo.
En muchos trabajos parece que todo vale. Te invito a que defiendas tu tiempo, con uñas y dientes.
Intenta que no sea fácil molestarte. Aprende a ser de difícil acceso cuando sea necesario.
Personalmente te recomiendo:
→ No asistir a reuniones (lo recomiendan todas las personas productivas). Es un malgastador de tiempo atroz, ya que se define el problema en vez de tomar una decisión sobre él.
Muchas reuniones se pueden solucionar con correos electrónicos. Negocia con tu jefe. Di que estás muy ocupado, que la próxima no te la pierdes (aunque sea mentira).
→ Eliminar la alerta de Outlook (principal gestor de correos utilizado en las empresas) cuando entre un nuevo correo (aberrante distracción).
→ Cuando estés ocupado (100% concentración necesaria), programa una respuesta automática a los emails entrantes del tipo:
“Actualmente estoy en un caso importante que requiere el 100% de mi atención. Te atenderé cuando termine. Si es muy urgente y no puedes esperar, llámame”.
Esto que da tanto miedo hacer es mágico, ya que hacer re-evaluar a la otra persona la urgencia e importancia de su necesidad para interrumpirte. Así te contactará únicamente para casos muy relevantes.
→ Cuando alguien te llame, di tu nombre antes de que te lo pregunte y subraya que estás ocupado. Te recomiendo no preguntar “¿qué tal estás?” o “¿cómo te va?”, sino “¿en qué puedo ayudarte?”.
Además, corta las conversaciones largas y di que tienes que irte en unos minutos, para que la otra persona vaya al grano.
→ Cuando alguien vaya a tu puesto de trabajo y estés ocupado, dile que te mande un email.
Lo que solemos hacer es justo lo opuesto: contactar nosotros a esa persona.
Él o ella es la interesada, y muchas veces ya ha encontrado respuesta a su pregunta.
→ Aprende a decir que NO cuando sea necesario. Si estás ocupado, no admitas favores, ni interrupciones, ni preguntas rápidas ni fáciles.
Sino, la otra persona crea el hábito de interrumpirte con la excusa de que “es rápido”. Demuestra a los demás que valores mucho tu tiempo.
→ Ponte auriculares (aunque no estés escuchando nada) con micro. Las personas te molestarán menos, ya que parece que estás en una conferencia.
→ Siempre que alguien se zafe de tus trucos, fija un tiempo máximo para que te interrumpa.
10) Chequear el email cada x minutos por si hay cambios
Adquiere el hábito (muy importante) de revisar el correo electrónico EN TANDAS determinadas veces al día que tú hayas planificado de antemano. Por ejemplo: a las 9, a las 12 y a las 16.
Aumenta o disminuye esos intervalos de tiempo dependiendo de tu puesto de trabajo, aunque te recomiendo revisarlo en tandas de 2 o 3 veces al día.
Revisar constantemente los emails es una de las mayores distracciones posibles en tu jornada laboral. Y como viste en el punto 9, te recomiendo encarecidamente eliminar la alerta de Outlook.
Malos hábitos diarios: EXTRA
11) Utilizar transporte público y no aprovecharlo
Si utilizar transporte público para desplazarte al trabajo, te recomiendo que lo uses efectivamente, ya que probablemente pases entre 1 y 2 horas al día allí (mucho tiempo como para perderlo).
Te invito a alguna de las siguientes ideas:
- Utilizarlo para descansar (una mini siesta sienta de maravilla). Sino, ponte música relajante o simplemente cierra los ojos y relájate.
- Utilizarlo para aprender algo importante no urgente (leer, ver videos o escuchar podcasts) y educarte por el camino.
- Utilizarlo para realizar tareas que has planeado en tu agenda para esa tarde.
La idea es no utilizarlo sin un propósito (entretenimiento, ver cualquier cosa, hacer cualquier cosa) ya que al final llegas más cansado a casa y no has hecho nada productivo.
Recuerda esta frase, que me parece incuestionable:
“Las personas de éxito invierten su tiempo en aprender. Los demás, en entretenerse”.
Si eres, como me pasaba a mí, de los que no les gusta su trabajo, tu día real (el plan B) empieza cuando sales de allí.
Por tanto, aprovecha el tiempo que pases en el transporte público y, especialmente, el que te resta para finalizar el día, para día o día avanzar en la dirección en que libre y personalmente hayas elegido encaminar tu vida.
¿Cómo cambiar estos hábitos?
Espero y deseo que alguno de estos malos hábitos diarios haya captado tu atención y que decidas cambiarlo.
¿Pero cómo lo hago? Te recuerdo este post acerca de cómo cambiar tus malos hábitos.
Ojalá te sirva para aplicar más de una de estas ideas en tu jornada laboral.
Un placer escribir para ti, amig@.
Miguel Ángel
Ahora tú
Si presentas alguno de estos malos hábitos diarios y has decidido comprometerte contigo mismo a cambiarlo, me encantaría saber cuál es y qué vas a hacer al respecto.
Cuéntamelo en los comentarios.
Si no termina de quedarte claro cómo cambiar alguno de estos 11 hábitos en tu caso particular, coméntamelo y lo vemos juntos.
¡Un abrazo grande!
¡Compartir es mejorarnos!
Menos la 8 y la 9, hoy he hecho pleno XD Lo tendré en cuenta 😉 muy buenos consejos!
Hola Marta! ¿qué tal?
Cuando dices que has «hecho pleno» te refieres a que has seguido esos 8 hábitos poco recomendables (menos el 8 y el 9) y a partir de este lunes vas a ir poco a poco tratando de mejorarlos, ¿verdad?
Espero que así sea y que te haya hecho revisar un poco tu rutina. ¡Vamos a por la mejora continua!
Muchas gracias por tu comentario y un gran abrazo para ti.
Gracias Miguel Angel,
Justo hoy he tenido interrupciones todo el tiempo en el trabajo y me ha venido este post como anillo al dedo, 🙂
Hola Elena,
me alegro de que te haya sido útil. Nunca sabes cuándo lo vas a poder necesitar! Ahora a poner algunas ideas en práctica-
Suerte y me cuentas.
Gracias por el comentario!
Todo muy bien explicado.
El punto 4 es el que me parece muy interesante para controlar todo.
Muy buen artículo
Hola Conchita,
gracias por tu comentario, como suele ser habitual, el primero de todos!
Si tienes la costumbre de levantarte tarde (o con el tiempo justo) tenderás a llegar tarde a las citas personales, tenderás a ir tarde en todo (trabajo, reuniones, salir de casa) ya que somos seres de costumbres.
Un abrazo!!