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Cómo decir a tu jefe lo que quieres: la asertividad en el trabajo

15 julio, 2019 por Miguel Ángel 6 comentarios


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Aquí te dejo el podcast para escucharlo mientras vas en transporte público, dando una vuelta o relajadamente en la cama:

El pasado sábado día 23 de marzo decidí afrontar una situación un tanto incómoda en mi vida personal y es lo que me ha llevado a escribir el artículo de hoy. En unos minutos te cuento el desenlace.

Pero… ¿has tenido alguna vez que pasar por alguna situación similar a estas?

-Tu jefe es muy jefe, te exige mucho y en plazos poco realistas. Te cabreas a menudo, le criticas a sus espaldas pero no le dices nada en persona y aguantas con lo que te eche, aunque no te parece justo. Te preguntas a menudo ¿cómo decir a mi jefe lo que quiero y pienso?

-Sientes que debes decirle algo a alguien y presientes que se lo puede tomar mal o que no le va a gustar oírlo, por lo que al final no le dices todo lo que querías decirle.

En cualquiera de los dos casos anteriores te quedaste con las ganas de decir lo que en el fondo sabías que tenías que haber dicho, pero que no dijiste.

Hay 2 formas habituales en las que las personas reaccionan ante este tipo de situaciones incómodas:

Una es dejándolas pasar sin aceptarlas, enfadándose, criticando e idealizando con lo que sería más justo.

La otra es estallando, llegar a un punto de descontrol de decir lo que piensas sin pensar en las consecuencias. ¡Ya está bien!

Hoy, sin embargo, quiero compartir contigo un concepto del que quizás hayas oído hablar pero que no es fácil de poner en práctica.

Hoy te quiero hablar de la existencia del punto medio entre las dos situaciones anteriores: la asertividad.

Ya es hora de conseguir defender tus derechos, expresar tus sentimientos y punto de vista diciendo lo que quieres decir, sin por ello tener que herir a nadie por el camino al dejarte llevar por las emociones del momento.

Y esto, créeme, te aporta una sensación tan reconfortante y plena que (independientemente de si consigues lo que quieres) logras ser más auténtico, coherente y estar en paz contigo mismo/a.

Y para conseguir esa coherencia y aprender a ser más asertivo he creado este artículo. Me ha quedado un poco largo, pero sinceramente creo que vale la pena.

En el artículo aprenderás:

→ Qué es la asertividad y para qué te puede ser de utilidad en tu trabajo y en tu vida

→ Las 9 principales causas por las que (quizás) aún no eres una persona asertiva (con solución práctica a cada una de ellas mediante ejemplos)

→ Mi experiencia personal del pasado mes de Marzo aplicando la asertividad

¿Preparado/a para lo que viene? Vamos al lío.

 

Qué es la asertividad

 

Ser una persona asertiva no es más que ser capaz de transmitir tus sentimientos sin dejarte llevar por tus emociones. Decir lo que realmente quieres decir sin herir a los demás.

Se basa en el respeto a la otra persona, pero sobretodo, en el respeto hacia ti mismo/a, hacia tus sentimientos y hacia tus necesidades (recuerda que cuando no defiendes tus derechos o expresas tus emociones, estás invitando a los demás a que te traten de esa misma forma).

Qué es la asertividad o cómo decir a tu jefe lo que quieres

En última instancia, podríamos decir que ser asertivo es un síntoma de coherencia e integridad: decir, hacer, pensar y sentir en la misma dirección.

Aprender a encontrar este equilibrio en diversas ámbitos de tu vida te hará conseguir mejores resultados,  comunicarte más efectivamente cuando lo necesites y sentirte mejor y más confiado.

Y la buena noticia es que (como casi todo en esta vida) la asertividad es una habilidad que se puede aprender.

Dependiendo de tu personalidad, carácter o temperamento te llevará más o menos tiempo y esfuerzo, pero la asertividad es algo que se aprende.

Ahora que ya sabes qué es exactamente este concepto, vamos a ver para qué te puede servir en tu vida aprenderlo e integrarlo.

 

¿Para qué sirve la asertividad?

 

Ser una persona asertiva te puede ser muy útil para diversas áreas de tu vida, como por ejemplo:

♠ Ayudarte a poner límites, al saber comunicarlo de forma más efectiva. 

♠ Expresar tu punto de vista o resolver problemas o situaciones sin culpar, atacar o herir a la otra persona (por ejemplo, decir a tu jefe lo que piensas).

♠ Decir que NO cuando realmente quieres decir que NO.

♠ Aumentar tu autoestima y confianza en tus interacciones.

♠ Pedir algo sin tener esa sensación de perdonarle la vida a alguien (por ejemplo, decir a tu jefe lo que quieres).

♠ Expresar tu enfado, ira o frustración (emociones negativas) o alegría, orgullo o ilusión (emociones positivas) sin dejarte llevar por ellas.

♠ Aumentar enormemente las posibilidades de conseguir lo que quieres.

Sin embargo, conviene que tengas esto claro: ser una persona asertiva no significa que siempre logres lo que quieres, ni que le caigas bien a todos, ni siquiera que la otra persona no se vaya a enfadar o tomar personalmente tus palabras.

 

Hay de todo en la viña del Señor

 

Como sabes, hay de todo en la viña del Señor. No puedes cambiar a las personas (ni sus reacciones en base a su grado de consciencia vital) pero sí puedes poner todo de tu parte para que las probabilidades de éxito en tu comunicación sean mayores.

Si después de decir tu mensaje de forma asertiva alguien se enfada, se lo toma mal o personalmente, ése es su problema.

Lo que le estropeó no fue tu mensaje: esa persona ya venía estropeada de casa. 

Asertividad en el trabajo

En esos casos, corre un tupido velo. 

Un truco eficaz que suelo utilizar y que me funciona muy bien es imaginar que tengo a mi alrededor un escudo esférico anti-juicios y anti-críticas, de manera que nadie puede herirme sin mi consentimiento.

Como sabes que todo gran poder conlleva una gran responsabilidad, este escudo es reversible: tampoco saldrán juicios y críticas de mi hacia los demás.

¿Quieres que te pida este escudo por Amazon? 🙂 No es necesario, tan sólo imagínalo y verás qué potente puede llegar a ser.

 

Los 9 principales motivos por los que (aún) no sabes cómo decir a tu jefe lo que quieres y soluciones prácticas

 

Me temo que ya hemos llegado al punto clave del artículo y que estabas esperando desde que comenzaste a leerlo: la parte práctica.

He recopilado 9 principales soluciones a tu falta de asertividad, con ejemplos para que lo puedas entender mucho mejor. Aquí mismo te las presento.

 

1) Hablas desde tu punto de vista sin dejarlo claro

 

Es muy  muy muy común (desde mi punto de vista) escuchar a personas que al hablar parecen eminencias, gurús o que tienen la capacidad de predecir el futuro.

Ejemplo: “Las cosas se hacen así, no como tú las haces” o “eso hay que hacerlo de esta forma”.

-- Solución asertiva --

Una de las mejores formas para que los demás te presten atención (incluido tu jefe), no se sientan ofendidos y tomen más en consideración tu mensaje es expresar tu punto de vista anunciándolo previamente.

Ejemplo asertivo: “Desde mi punto de vista, esto se puede hacer mejor así” o “Pienso que esto hay que hacerlo de otra forma distinta”.

 

2) No expresas lo que quieres

 

Quizás uno de los principales problemas que tienes a la hora de transmitir un mensaje si no eres asertivo/a es el de no decir claramente qué es lo que quieres.

Es muy común hablar sobre una situación y expresar tu desencanto o enfado, pero si sólo haces eso y no transmites qué quieres obtener de ello, el poder reside en la otra persona.

Ejemplo: “No estoy de acuerdo con mi nuevo salario, no me parece justo después de lo duro que he trabajado y lo fiel que he sido a la empresa”.

En esta situación, tu jefe/a puede aumentarte el salario 100 euros, darte un bonus ridículo al final de año o, en el peor de los casos, no incrementar nada tu remuneración. 

¿Acaso en este ejemplo le has dicho cuál es tu oferta? ¿Qué es lo que consideras que deberías cobrar?

-- Solución asertiva --

Sé claro/a con lo que quieres. Cuanto más claro tengas lo que deseas obtener de cada situación, más probable es que lo consigas, ya que rebatirás y expresarás tu punto de vista con firmeza y sin dudas.

Esto también incluye ser específico, no hablar generalizando, sino transmitir tu idea detalladamente.

Ejemplo asertivo: “No estoy de acuerdo con mi nuevo salario. Después de considerar el valor que entrego a esta compañía día a día [aquí puedes dar datos objetivos], desde mi punto de vista [recuerda hablar desde tu punto de vista] pienso que mi remuneración mensual debería ascender a x”.

 

3) Piensas que los demás deberían saber lo que piensas

 

Por múltiples razones, muchas veces pensamos que otra persona debería conocer cómo nos sentimos y pensamos por cómo actuamos. O peor aún, sin darles ninguna señal. Veamos un ejemplo esta vez en tu vida personal.

Ejemplo: Estás esperando a que tu nuevo novio Tomás te pida perdón por empezar a comer antes que tú, porque se supone que sabe que te molesta (y que todo el mundo sabe que eso no se debe hacer).

-- Solución asertiva --

Te invito a que comuniques tus molestias y pensamientos poniéndote en el lugar de la otra persona. Recapacita un segundo: ¿cómo puede la otra persona saber lo que te molesta si nunca se lo dijiste?

Las suposiciones nunca fueron buenas. Cuando declaras algo desaparece la duda y los “pensé qué” o “no sabía que” se evaporan.

Ejemplo asertivo: “Tomás, procura por favor a partir de hoy esperarme a que me siente contigo para comer los dos juntos, ya que me molesta no poder disfrutar de la comida junto a ti”.

 

4) Confundes “tu verdad” con “la verdad”

 

Diferentes puntos de vista en el mensaje asertivo

De forma casi inconsciente olvidamos que lo que vemos como obvio, cierto, justo o bueno puede no serlo así para otra persona.

Y esto nos lleva a hablar desde nuestras experiencias y a crear conclusiones subjetivas.

Ejemplo (a tu jefe): “Javier (compañero de trabajo) me tiene manía”.

-- Solución asertiva --

Comprende que tu verdad no es universal y que está sujeta a tus vivencias y experiencias. 

Dependiendo de tus creencias, el prisma con el que ves la vida a través de tus ojos puede ser completamente diferente al de otra persona.

Para ser asertivo/a, comienza a hablar sobre hechos, no sobre tus opiniones subjetivas.

Ejemplo asertivo (a tu jefe): “Javier, ayer por la mañana, me dijo que no era el tipo de persona que le gustaría tener en su equipo”.

Hablar de hechos en la asertividad

 

5) Tienes una incorrecta interpretación de tus emociones

 

Como sabes, tus emociones son creadas por tus pensamientos y  cómo interpretes los hechos en base a tus creencias determina qué emociones vas a sentir, y por tanto, tu posterior comportamiento.

Por ello, ante una emoción negativa dada (que puede originarse por múltiples causas) solemos pensar que nosotros somos culpables de ello y que podríamos haber obrado de mejor forma. 

Ejemplo: “Soy una mala persona porque mi jefe me pidió un favor y no lo hice”.

 

-- Solución asertiva --

La solución que te propongo es que sustituyas los pensamientos negativos que te surjan por otros positivos y realistas. De esta forma experimentarás un emoción positiva de bienestar y darás un paso adelante para ser más asertivo/a.

Ejemplo asertivo: “No soy una mala persona (sé que es así), simplemente no hice el favor a mi jefe porque considero que está fuera de mi área como profesional y tengo que poner límites”.

 

6) No explicas por qué

 

Razones de tu petición

Otro de los fallos garrafales que te alejan de la asertividad es no expresar por qué quieres lo que quieres.

Ejemplo (a tu compañero de al lado en el trabajo): «Mañana no vengo a trabajar, ¿me podrías hacer el informe que te he mandado por email antes de las 10?»

Ante esto, o tu compañero te quiere mucho o valora poco su tiempo, porque hay varios puntos que deberías aclarar.

-- Solución asertiva --

Expón siempre tus razones para transmitir lo que quieres. Los interesantísimos experimentos realizados por el Doctor Robert Cialdini demuestran que cuando exponemos una razón (incluso si no es del todo buena) las probabilidades de que los demás acepten nuestra oferta es mucho mayor.

Ejemplo asertivo (a tu compañero de al lado en el trabajo): «Mañana no vengo a trabajar porque voy al dentista por la mañana [razón], ¿me podrías hacer el informe que te he mandado por email antes de las 10? Es sobre las últimas novedades del radar “TY”, y como tú te encargas de su mantenimiento, creo que lo harías en un periquete (y bien además) [razón]. Ah, y cuando lo acabes, por favor envíaselo a Sara [la jefa] antes de las 10, que es la hora a la que se reúnen los jefes todas las mañanas para hablar sobre las novedades del día [razón]«.

 

7) No eres consciente de tu 50%

 

Quizás una de las razones por las que más nos achantamos a la hora de confrontar una conversación incómoda (no saber cómo decir a tu jefe lo que quieres) sea el no ser conscientes de que en cada interacción con otro ser humano hay 2 partes, y que tú eres una de ellas, que cuenta el mismo 50% que la otra parte.

-- Solución asertiva --

Date cuenta de que no eres más ni menos que el otro, por lo que tienes todo el derecho del mundo a expresar tu verdad, incluso si el otro no está de acuerdo. No se trata de llevar razón, sino de transmitir tu mensaje.

Quédate con esto: constituyes el 50% de cada conversación. 

 

8) Te enrollas y das exceso de información (que puede ser utilizada en tu contra)

 

Yo era “un as” de esto. Y es que suele ocurrir que cuando no tienes claro qué es lo que quieres conseguir de una conversación (o no te atreves a decirlo), divagues y sigas hablando hasta aburrir al otro.

Veamos esto con un ejemplo personal.

Ejemplo (a tu novio/marido): “Cariño, ¿no te parece que pasas mucho tiempo con tus amigos? Lo digo porque o tienes muchos amigos o les quieres mucho. He observado que te pasas con ellos la mayor parte del tiempo que usas el móvil. Sé que la amistad es un valor muy importante en la vida, en la mía también. Pero vosotros tenéis una amistad mayor de lo normal, me parece a mí”.

Resultado: tu novio/marido no sabe exactamente qué es lo que quieres que cambie (¿que pase menos tiempo con sus amigos?¿que pase más tiempo contigo?¿que te preste más atención cuando estáis juntos?) y además le has dado el dato de que sabes que pasa mucho tiempo con sus amigos en el móvil, dándole que pensar que le cotilleas cuando les escribe.

-- Solución asertiva --

Prepara tu discurso previamente (aunque sea a grandes rasgos) y evita irte por las ramas o dar datos extra que puedan ser utilizados en tu contra.

Ejemplo asertivo (a tu novio/marido): “Cariño, desde mi punto de vista [¡habla desde tu punto de vista siempre!] me parece que pasas más tiempo con tus amigos que conmigo. Sé que la amistad es un valor muy importante en la vida, en la mía también, pero me gustaría que encontraras un equilibrio entre tu pareja y tus amigos. ¿Qué te parece salir con ellos 1 día a la semana y conmigo otro? [expresas lo que quieres]«.

 

9) Te centras en el otro en vez de en ti

 

Otro aspecto muy común en toda persona poco asertiva es centrarse, al hablar, en la otra persona en vez de en sí misma.

Con esto lo único que conseguirás será que la otra persona se sienta atacada o culpada.

Ejemplo: “Me estás haciendo daño con tu forma de hablar últimamente”.

¿No te parece que la otra persona tiene motivos para tomárselo personalmente?

-- Solución asertiva --

Te propongo, siempre que trates con otra persona, no centrarte en ella (“tú” esto, “tú” lo otro), sino en ti (“yo” esto, “yo” lo otro).

Fíjate en el diferente enfoque, diciendo exactamente lo mismo, pero de otra manera.

Ejemplo asertivo: “Me siento dolido/a con tu forma de hablar últimamente”.

La sutil y gran diferencia es que hablas desde tus sentimientos (te sientes dolido/a) y no atacando a la otra persona, haciéndola ver que ha obrado mal. Incluso ésta puede empatizar contigo.

Como resultado, los demás se mostrarán más receptivos a tus peticiones e ideas al conectar emocionalmente contigo en lugar de distanciarse sintiéndose atacados ya que también conocen la emoción a la que te estás refiriendo.

 

Cómo decir a tu jefe lo que quieres: ejemplo asertivo con las pautas anteriores

 

Vamos ahora a ver un ejemplo crème de la crème, haciendo uso de todas las soluciones asertivas que has aprendido en este post.

Imagina que le quieres pedir a tu jefe o jefa que quieres trabajar, a partir del mes que viene, un día a la semana desde casa (el viernes), para ganar libertad horaria y pasar más tiempo con tu pareja o familia.

cómo decir a tu jefe que quieres trabajar desde casa

Seguro que sentirás miedo al posible NO de tu jefe, incluso a las posibles repercusiones que eso pudiera tener en su visión de ti como persona y profesional.

Entonces, ¿cómo decir a tu jefe lo que quieres?

Comienza por poner en práctica el punto 5, que consiste en interpretar correcta y positivamente tus emociones. 

En lugar de pensar “soy muy osado/a por proponer esto a mi jefe” piensa en términos realistas:

¿Crees que te mereces ese día de trabajo desde casa?

¿Hay alguien más que ya lo disfrute, aunque sea de otros departamentos?

Busca motivos por los que puedas tener éxito en tu mensaje. La preparación mental previa es muy importante.

Una vez realizado este trabajo previo, un potente mensaje asertivo que transmitir a tu jefe (después de darle las gracias por dedicarte unos minutos) podría ser éste:


«Te quería proponer algo nuevo que estoy seguro/a aumentará mi productividad personal en mis tareas diarias.

Desde hace más de 1 año, dedico mi tiempo libre en un proyecto personal desde casa y lo que he observado es que mi rendimiento aumenta, al estar más enfocado/a en mis tareas y no estar constantemente interrumpido/a [aportas hechos, no opiniones subjetivas].

Siento que esto lo debería transferir a mi trabajo ya que últimamente no me está siendo posible llevar al día mis tareas, con la frustración que eso me provoca [te centras en ti, en tus emociones].

Por ello te quiero proponer trabajar un día a la semana desde casa [expresas exactamente lo que quieres, recuerda que los demás no leen tu mente] y demostrarte que soy más productivo/a de esta forma. 

Desde mi punto de vista [recuerda siempre citar que hablas desde tu punto de vista] un día ideal podría ser los viernes, ya que de esta forma puedo dejar cerrados más temas al finalizar la semana y no invertir las primeras horas del lunes en acabar ciertas tareas con mayor presión y mermando la calidad [explicas por qué con razones que apoyan tu idea].

Podemos hacer la prueba a partir del mes que viene si te parece bien [evitas enrollarte dando más datos innecesarios]«.

De nuevo es necesario que tengas en cuenta que la respuesta de tu jefe no tiene por qué ser positiva, pero espero que estés de acuerdo en que sin lugar a duda transmitir tu mensaje de esta forma hará que las probabilidades de conseguir lo que quieres sean mucho mayores.

 

Mi experiencia personal del pasado mes de Marzo aplicando la asertividad

 

El pasado sábado 23 de marzo decidí afrontar una situación un tanto incómoda en mi vida personal y para ello hice lo que suelo hacer cuando siento que no estoy suficientemente preparado: informarme y actuar.

Se trata de una conversación que tuve con mi novia y que unos días después tuve con su hermano.

Como son 2 personas diferentes, con 2 formas distintas de ver la vida, me preparé mi mensaje asertivo de dos formas completamente diferentes.

¿Y qué es lo que hice? Hacer uso de varios de los 9 puntos anteriores que te acabo de compartir en este post, aplicados al ámbito personal.

Quiero sincerarme: quizás el punto que más me costó fue el de expresar exactamente lo que quería transmitir, unido con no enrollarme dando datos innecesarios.

Pero te puedo asegurar que con el sólo conocimiento de algunas de estas técnicas me sentí mucho más aliviado incluso antes de iniciar la conversación.

Y quiero volverte a dejar claro (y esa fue la mentalidad con la que inicié mi conversación de Marzo) que puede que la otra persona te dé un NO por respuesta a tu petición, o que se tome a mal tus palabras.

Este no fue mi caso, porque ambos comprendieron lo que quería transmitirles (hablando de hechos y de sentimientos es complicado que alguien te desapruebe), pero podría ocurrirte a ti.

Como aprendiste anteriormente, no se trata de llevar razón, sino de transmitir tu mensaje.

Llevar razón en la asertividad

 

Di YA eso que te estás guardando

 

Espero haberte abierto una puerta a cómo ser más asertivo en tu día a día y que hayas conocido para qué te puede ser de utilidad desarrollar esta habilidad en tu vida y en tu trabajo, aprendiendo cómo decir a tu jefe lo que quieres.

Por último, te invito a comenzar a aplicar esta habilidad en situaciones poco comprometidas o con personas de mayor confianza, para poco a poco ir sintiéndote más preparado/a para decidirte a dar el paso a entablar una conversación de algo más de nivel, como una subida de salario o poner límites con tus amigos o familiares.

La mitad de nuestros problemas en la vida pueden ser identificados por haber dicho que sí demasiado rápido o por haber dicho que no demasiado tarde.

Si este artículo te ha parecido útil te agradeceré mucho que me dejes un comentario con la solución asertiva que más te ha gustado de las 9 propuestas. ¡Muchas gracias!

 

Un placer escribir para ti, amig@.

Miguel Ángel


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Archivado en: Sin categoría

  1. Rosana

    5 abril, 2020 at 16:42

    Excelente manera de enseñar… la mayor parte del tiempo resulta complejo tener una comunicación efectiva, porque, como tú dice: somos el 50% de la comunicación y a veces nos expresamos mal o no adecuadamente. Desde hoy trataré de poner en práctica tus recomendaciones, seguro que me irá bien. Muchas gracias por tomar tu tiempo para compartir cosas tan importantes. Todos dejamos huellas en las personas, mejor que sean buenas!

     
    Responder
    • Miguel Ángel

      7 abril, 2020 at 19:09

      Hola Rosana!

      Encantado de que te haya parecido de utilidad y ánimo para ponerlo en práctica. Como tú dices, seguro que te irá bien. Fíjate qué casualidad que el lunes 13 de abril, en 6 días, postearé un artículo que estoy elaborando sobre cómo pedirle a tu jefe de forma asertiva y con inteligencia, poder trabajar desde casa cuando la situación actual nos permita de nueva ir a la oficina. Seguro que te interesa!!

      Un abrazo y muchas gracias por tus palabras!!

       
      Responder
  2. Maria José

    25 noviembre, 2019 at 15:05

    Muy muy clarificador. Me a gustado mucho, hay que prepararselo. Quizás es mi fallo que suelto las cosas sin pensar

     
    Responder
    • Miguel Ángel

      29 noviembre, 2019 at 16:55

      Hola María José,

      Muchas gracias por tu comentario y tu valoración. La mayoría de las personas reaccionan o hemos reaccionado alguna vez sin pensar. Es naturaleza humana. Sin embargo, existe un espacio de tiempo (se dice que de un cuarto de segundo) en el que puedes tomar consciencia de tu respuesta y no reaccionar, sino actuar (que es bien distinto). Esto requiere de entrenamiento pero el primer paso ya lo has dado, que es ser consciente de que te ocurre 🙂

      Un fuerte abrazo!

       
      Responder
  3. Jessica

    5 agosto, 2019 at 15:43

    Increíblemente útil y transformador!! No sabía de la existencia del término teórico ‘asertividad’ y por años he buscado maneras de decir las cosas sin dañar. Hoy, las he encontrado. Muchísimas gracias por compartir sabiduría Miguel 🙂

     
    Responder
    • Miguel Ángel

      5 agosto, 2019 at 20:43

      Hola Jessica!!

      Mira qué bien, me encanta dar a conocer conceptos e ideas a implementar que algunas personas aún no conocen. Esta es la labor de este blog, la de divulgar conocimiento relacionado con los seres humanos y nuestras relaciones con los demás.

      Me alegro de que te haya sido de gran utilidad. Ya sabes dónde acudir en esos casos de duda al decir las cosas de manera asertiva.

      Un fuerte abrazo compañera!

       
      Responder

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